Cómo diseñamos y desarrollamos un nuevo producto en Mediclinics
Tenemos un nuevo proyecto a la vista, producto nuevo que requiere desarrollo completo. ¿Qué hacemos? ¿Por dónde empezamos? ¿Cuánto tiempo tenemos? ¿Disponemos de la información y los recursos necesarios para culminar el proyecto con éxito? ¿Sacamos la bola de cristal del armario y que sea lo que Dios quiera?
Hay quien tiene idealizado el trabajo creativo; pones un papel grande encima de la mesa, un lápiz de gama alta entre los dedos, cierras los ojos y la mano se mueve por algún tipo de inspiración sobrehumana, hasta que en unos minutos aparece el boceto por arte de magia. También hay quien cree que el trabajo creativo no tiene ninguna dificultad, ya que piensa que, con los avances tecnológicos existentes hoy en día, todo consiste en apretar un botón y el ordenador te genera el diseño; el F13 que todos buscamos en nuestros teclados y que lo hace todo con un simple ‘click’. Pues siento decepcionarles, ya que no es un trabajo de inspiración divina, y los ordenadores se limitan a cumplir las ordenes que salen de nuestra cabeza y de nuestros dedos. Si, aquí también picamos piedra, aunque sea un ‘picar piedra’ con muy poco componente físico.
En el presente artículo vamos a intentar explicar este proceso de desarrollo de producto. Un proceso, que no es una guía mágica o un libro de auto-ayuda que consigue que todos los proyectos lleguen a buen término, con el coste especificado y en la fecha pre-establecida. Otra vez siento decepcionarles, puesto que aquí no hay fórmulas mágicas. Hay equipo, hay trabajo, hay experiencia y, con todo ello y con ese poco de suerte (que no es suerte, sino la suma de lo anterior), conseguimos que el proyecto llegue a culminar con éxito.
Debido a la gran tipología de productos que desarrollamos desde la Oficina Técnica de Mediclinics, la sistemática de desarrollo de nuevos productos no es la misma en todas las ocasiones. El desarrollo de un secador de manos es muy distinto al desarrollo de un colgador, un dispensador de jabón o al de una barra de minusvalía. En todos los desarrollos hay tareas que son comunes y otras que son específicas, dependiendo de la tipología del proyecto.
Si seguimos el esquema usado en nuestra entrada del blog sobre los Proyectos BIM, el desarrollo se llevaría a cabo de la siguiente forma. Puntualizar solamente al respecto, que el orden no es siempre el expuesto en el presente artículo (el punto 1D es el único que siempre está en la misma posición de la cronología del proyecto).
Dimensión 1D – La idea
En este caso, la idea constructiva puede tener distintos orígenes. Se puede tratar de una idea que sale desde el mismo departamento de Oficina Técnica, o bien desde nuestros equipos de Marketing y Comercial, ya sea por solicitudes directas de nuestros clientes o generadas por el propio equipo de Marketing- Comercial, en base a su visión sobre el terreno de las tendencias actuales del mercado. Estos no son los únicos actores que concurren en la generación de esa primera idea, ya que cualquier departamento o cualquier persona puede aportar una idea que acabe en el desarrollo de un nuevo producto o de una nueva familia de productos.
Una máxima en esta fase del proyecto es que “no hay ninguna idea que sea absurda”. Todas las ideas son buenas y, aunque no sean realizables o estén fuera del alcance de nuestro sector, éstas pueden dar origen a otras ideas que si sean interesantes para la empresa.
En esta primera fase no usamos ningún software especial, solo el más complejo que existe y que de momento no hemos sido capaces de copiar (por suerte), el que tenemos en nuestra cabeza.
Dimensión 2D – El boceto
La mayoría de nosotros, ya en la Dimensión 1D, hacemos nuestros “dibujos de servilleta” cuando hablamos de posibilidades de un nuevo producto. Se trata de un dibujo rápido hecho en un papel de servilleta que ayuda a todo el equipo a entender mejor la idea.
Cuando una idea tiene sentido, partiendo de esos bocetos preliminares en papel, pasamos a dibujar directamente en 3D. Hoy en día, el dibujo en 2D ya no se usa en muchos sectores. Los programas de CAD 3D han evolucionado tanto y son tan intuitivos, que nos sale a cuenta ir directamente a modelar en este tipo de programas y formatos. En este sentido, mencionar que en Mediclinics, usamos el software para 3D Solidworks.
Estos primeros bocetos en 3D, normalmente no son fabricables de forma industrial, pero son necesarios para evaluar la viabilidad del proyecto, tanto a nivel técnico como económico. Hoy en día, estos primeros diseños se pueden usar para hacer unos prototipos rápidos que permiten tener una aproximación física del producto. En Mediclinics disponemos de una impresora 3D de tecnología FDM, una Sigmax R19 de la firma BCN3D. Disponer de una pieza física ayuda mucho a los distintos departamentos de la empresa a hacerse una idea clara del producto, ya que hay departamentos que estamos muy acostumbrados a ver el producto directamente en pantalla con los programas de CAD. De todos modos, incluso para nosotros, poseer una pieza física es en muchas ocasiones algo imprescindible.
Dimensión 3D – El modelo industrializable
Si se decide llevar adelante el proyecto, los primeros diseños realizados en Solidworks evolucionan a un diseño fabricable de forma industrial. Es en esta tercera fase, cuando se empieza a trabajar con los distintos proveedores para poder aplicar las mejoras necesarias al producto, de cara a su fabricación. También, es cuando se amplían los departamentos implicados que intervienen en el desarrollo.
Se pueden realizar más prototipos durante esta fase, para ir verificando si las mejoras introducidas al diseño son válidas. En esta etapa hay prototipos que ya son ensayados de forma preliminar. Destacar en este aspecto, que el coste de los prototipos rápidos ha bajado tanto, que hoy en día es normal llegar a realizar hasta 10 a lo largo del desarrollo del proyecto (hace unos años era viable solamente fabricar uno o dos).
Dimensión 4D – La planificación del tiempo
La planificación del tiempo, esa 4º dimensión difícil de predecir y que está entrelazada con todas las demás. Ya dijo Einstein en su día que el tiempo es relativo. No le vamos a contradecir, pero si vamos a añadir que, en los proyectos industriales es aún más relativo, teniendo además la costumbre de dilatarse siempre.
Cabe mencionar que, aunque desde la fase 1D ya se tiene en cuenta cuando se lanzará el producto finalmente al mercado, cuando se establece un proyecto nuevo, sobre todo si es muy distinto a los realizados hasta el momento, definir de forma anticipada el tiempo de desarrollo es una tarea muy difícil. El cronograma de un proyecto no es algo estático, es un elemento dinámico que evoluciona junto al proyecto.
En este caso, usamos herramientas más sencillas que las que describimos en el artículo sobre BIM, tales como Microsoft Project o Excel.
Dimensión 5D – El presupuesto
El presupuesto es otro de esos puntos que están entrelazados con todas las fases del proyecto. El coste es algo que siempre se ha de tener en mente en un nuevo desarrollo, ya que de nada sirve diseñar y fabricar un producto perfecto, si éste llega al mercado con un precio que nadie está dispuesto a pagar.
Einstein no dijo nada acerca de la relatividad del dinero, pero bien podría haber formulado una teoría al respecto. El presupuesto también tiende a dilatarse como el tiempo.
Actualmente, debido a la gran inflación que estamos atravesando en la economía mundial, los problemas de abastecimiento, la escasez de algunas materias primas, los cambios del precio de las divisas, etc., realizar presupuestos se ha convertido en una tarea muy compleja. Seguramente este sería el mejor momento de sacar la bola de cristal del armario que comentábamos al inicio de este artículo.
Dimensión 6D – La industrialización
Una vez tenemos el diseño cerrado, empezamos a hacer los distintos utillajes necesarios para industrializar el producto. Es en esta etapa cuando se realizan las inversiones más altas del proyecto. Es el punto de no retorno, en el que no hay más opción que seguir hacia adelante, ya que, de no hacerlo, implicaría pérdidas importantes, tanto económicas como de tiempo invertido.
En muchas ocasiones, los utillajes poseen un coste elevado y unos tiempos de producción importantes. Durante esta fase suelen aparecer modificaciones necesarias para mejorar la industrialización del proyecto. Los distintos proveedores de utillaje son quienes solicitan esas modificaciones y, en Mediclinics posteriormente, valoramos la afectación que tendrán estas en el desarrollo del proyecto general en todos sus ámbitos. En función de la misma, decidimos si llevarlas a cabo finalmente o, si, por el contrario, hemos de buscar una opción alternativa. Si existe una modificación de diseño, ésta la realizamos utilizando el software de diseño Solidworks, y si es necesario, repetimos los prototipos con la impresora 3D, ya sea a la/s pieza/s entera/s o solo la zona que ha sufrido modificaciones.
Una vez finalizados los utillajes, se hacen unas pre-series para poder ajustarlos. Se trata de piezas no vendibles que sirven para ajustar los utillajes y dejar el producto preparado para su producción en serie.
Dimensión 7D – Entrada en serie, vida y muerte del producto
Una vez los utillajes son funcionales, entramos en fase de serie. Se suele iniciar la producción con una rampa ascendente de cantidades “ramp-up” que nos permite ir depurando todos los detalles de producción, hasta que llegamos a la cadencia de producción de serie.
Destacar que, llegados a este punto, Oficina Técnica se desvincula del proyecto y no intervendrá más de nuevo, a no ser que se hagan nuevas mejoras de producto o aparezcan problemas de producción, cosa que pasa irremediablemente en todos los proyectos. Es por ello, que nuestro objetivo principal durante las Dimensiones 2D, 3D y 6D, es minimizar al máximo esos posibles problemas que se producen durante la vida útil del producto.
Para finalizar, comentar que cualquier producto se sigue fabricando hasta su descatalogación. Además, el hecho de que un producto sea descatalogado, no implica que desaparezca de la línea de producción de la empresa, ya que existe un periodo de tiempo en el que no se producen productos completos, pero si piezas de recambio para los mismos.
Antoni Travesa
Director Técnico de Mediclinics S,A.