La aventura de cambiar pañales

Publicado en17/02/2021 por

Al oír hablar de “cambio de pañales” puede que os vengan a la mente imágenes escatológicas de todo tipo, de aquellas que a nadie le gustaría percibir.  Pero también se puede pensar en ese amor que siente uno por su bebé, ese que lo aguanta todo.

Siempre recordaré la primera vez que tuve que cambiarle el pañal a mi hija. Estaba comiendo con un amigo en un restaurante que habían abierto hace poco. De repente, Claudia empezó a llorar y, cargando con el típico bolso cambiador, me dirigí con ella hacia el baño. Cuál fue mi asombro cuando me percaté que los servicios no disponían de cambiador de pañales. Pensé:  «¿En serio? ¿No han tenido en cuenta que un cambiador es algo básico en un restaurante, sobre todo si es familiar?»

A continuación, quienes somos padres y madres, ya sabemos la maniobra que implica el que un sitio no disponga de un cambiador:

1. Sacar al niño o niña fuera del restaurante con el cochecito.  2. Si el clima no acompaña, no queda otra que ir al asiento trasero de tu coche y hacer todo tipo de acrobacias para que el asiento trasero, el carrito y la ropa del bebé terminen manchados. Y si no dispones de vehículo, debes ir a otro restaurante cercano o bien terminar por cambiarle en algún banco.  Dado que aquel día había llegado en autobús, no tuve más remedio que salir del restaurante y probar suerte en otro local cercano. 

En otra ocasión, me encontraba con mi madre en el centro comercial buscándole un regalo, cuando, de repente, necesitaba cambiar a mi hija. Esta vez el sistema de sujeción del cambia pañales estaba roto, con el peligro que pudiera caerse con el movimiento. Por lo tanto, tuve que desplazarme a la otra punta del centro comercial y probar suerte en otro lavabo.

Tampoco olvidaré la vez que tuve que cambiar a Claudia en un incómodo banco en plena calle, debido a que el museo donde estábamos no disponía de un cambiador homologado.  Sí, me refiero a esos cambiadores que intuitivamente sientes que no van a soportar el peso del bebé, ni muestran ninguna certificación de seguridad, como podrían ser la marca alemana de seguridad GS o la americana ASTM.

cambiador-pañales-mediclinics

Finalmente, el cambio de pañales más incómodo llegó durante unas Navidades, en esos días de compras frenéticas, en el que loco de mí, decidí ir a dar un paseo por el centro para enseñar las luces a mi hija Claudia. Pensaba que había superado la etapa de no llevar pañal,  pero me equivoqué y tuve que cambiarla de cintura para abajo.

Como medida de urgencia, recuerdo que entramos en una tienda grande de ropa y pregunté si podía cambiar a la niña. Cuál fue mi sobresalto, cuando observé que no había habilitado ningún cambiador dentro de los aseos masculinos. «¿En qué siglo vivimos?» pensé.  No sabía qué hacer. Además de tener que comprarle las prendas que necesitaba de repuesto, le tuve que pedir a una señora que hacía cola en el baño de señoras, que por favor preguntara a las demás mujeres si podía entrar a cambiar a la niña.

 
Éstas son solo algunas anécdotas (hay muchas más, seguro), con las que muchos padres y madres os podéis sentir reconocidos, que revelan el “drama” que existe muchas veces a la hora de cambiar a un bebé fuera del hogar.

Desde Mediclinics, como fabricantes de soluciones para la seguridad de bebés y niños, nos sentiremos felices si con ello ayudamos a concienciar sobre esta problemática existente e impulsamos la necesaria presencia de cambia pañales de calidad en espacios públicos y todo tipo de instalaciones exteriores.

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